Ordenar va mucho más allá de mejorar la estética de tu hogar o espacio de trabajo. Es esencial para tu bienestar físico y mental. Ya sean los platos sucios que se acumulan o los montones de papeles que cubren el escritorio, todo el mundo está obligado a experimentar los efectos negativos del desorden en su vida.
No es de extrañar que el desorden en nuestros espacios físicos pueda tener efectos adversos en nuestra salud mental. A medida que más cosas ocupan nuestro espacio, encuentran la forma de filtrarse en nuestra mente y provocar un aumento del estrés y la ansiedad.
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Cuando eliminas el exceso de desorden de tu vida, notarás los efectos positivos que tiene en tu estado mental y en tu bienestar general. Por el bien de tu salud y felicidad general, tómate el tiempo de ordenar tu vida y empieza a ver los cambios positivos que se producen.
Los beneficios de ordenar
Disminuirás tus niveles de estrés y ansiedad
Está claro que el desorden nos estresa. Cuantas más «cosas» tengamos amontonadas delante de nosotros, más recordatorios tendremos de todas las cosas que tenemos que hacer.
Ver grandes pilas de platos, ropa sin doblar o documentos sin revisar delante de ti aumentará tu ansiedad y estrés. Y lo que es peor, el ciclo de desorden-ansiedad se refuerza continuamente y parece ineludible. Dedica tiempo a despejar tu espacio y despejarás tu mente.
Te sentirás físicamente más sano
La acumulación excesiva de desorden es una invitación a un montón de polvo. Esto puede agravar o empeorar los síntomas de enfermedades respiratorias como el asma. Incluso si no sufres de asma, puedes sentir los efectos respiratorios nocivos del polvo que se acumula y ensucia la calidad del aire. Cuando limpies tu entorno, empezarás a respirar mejor y a sentirte mejor físicamente.
Tu productividad mejorará
El desorden aumenta las oportunidades de distracción. Tanto si se trata de un dispositivo electrónico como de un montón de decoraciones amontonadas, estas cosas deben colocarse en su sitio. Organiza tu espacio de trabajo y redúcelo al mínimo. Te darás cuenta de que es mucho más fácil trabajar de forma productiva cuando tu entorno está limpio y organizado.
Aprende a reducir a lo esencial
Cuando empieces a eliminar el desorden de tu vida, tendrás que aprender a organizarte en serio. Empieza por reevaluar las necesidades de tu casa y deshazte de los objetos de los que deberías haberte deshecho hace tiempo.
Despejar tu casa es el primer punto de partida cuando quieres empezar a ver cambios reales en tu actitud. Si encuentras cosas que no sirven para nada, que no te aportan una alegría especial o que has olvidado que existen, es hora de dejarlas ir.
Deberás ser intencionado en lo que consideres esencial. Una vez que decidas cuáles son las piezas básicas de tu casa, no escatimes en ellas. Al vivir con menos, puedes vivir con artículos de mejor calidad que durarán.
Piensa en los artículos verdaderamente importantes de tu casa: lo necesario para comer en la cocina, lo necesario para mantenerse limpio en el baño y lo esencial para descansar en el dormitorio.
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Una vez que hayas determinado lo que realmente necesitas, podrás reducir todo al mínimo y empezar de cero. Un espacio despejado permitirá que la luz del sol entre en tu casa, que menos polvo se acumule y que tu productividad aumente y tu estado de ánimo se eleve.
Para vivir una vida más limpia y organizada, intenta adoptar una actitud minimalista. En un mundo tan sobresaturado de cosas, algunas personas se aferran a la idea de tener, gastar y necesitar menos. Empieza por deshacerte de todas las cosas que obviamente no necesitas. Esto incluye artículos como revistas viejas, ropa que ya no te pones o artículos excesivos que no utilizas.
Con el tiempo, tendrás que empezar a hacer cambios más grandes y eliminar más cosas de tu vida, lo que puede parecer aterrador. No te sientas intimidado por pensar en esta reducción en términos negativos. No tienes que vivir con menos en tu vida, estás eligiendo liberarte de todas tus cosas.
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