Cuando no se va a usar por un tiempo, almacenar un televisor correctamente es clave para conservar su funcionalidad y evitar daños. Ya sea por una mudanza, renovación de espacios o simplemente porque no se necesita en el momento, un mal almacenamiento puede afectar componentes internos, dañar la pantalla o reducir su vida útil. Aquí te explicamos cómo hacerlo paso a paso para que tu televisor esté protegido durante todo el tiempo que permanezca guardado.
1. Limpieza previa
Antes de guardar el televisor, asegúrate de limpiarlo con un paño de microfibra. Retira el polvo de la pantalla y utiliza aire comprimido para limpiar las rejillas de ventilación. Esto evitará que la suciedad se acumule y cause problemas cuando decidas volver a usarlo.
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2. Embalaje adecuado
Si conservas la caja original, úsala junto con los soportes de espuma que protegen la pantalla. Si no la tienes, puedes envolver el televisor en plástico Stretch y colocarlo en una caja resistente, asegurándote de que no quede suelto dentro del empaque.
3. Posición correcta
Nunca almacenes un televisor acostado, ya que esto puede ejercer presión sobre la pantalla. Lo correcto es mantenerlo en posición vertical, sobre una superficie estable y firme.
4. Elige un lugar adecuado
Evita guardar el televisor en lugares húmedos, con polvo excesivo o cambios bruscos de temperatura. Una excelente opción es alquilar una bodega de almacenamiento o servicio de self storage, donde puedes contar con un ambiente controlado, limpio y seguro para conservar tus pertenencias por el tiempo que necesites.
5. Protección adicional
Cubre el televisor con una tela transpirable o una funda para evitar el polvo, pero sin atrapar humedad. No uses plásticos cerrados que impidan la circulación de aire.
Siguiendo estas recomendaciones sobre cómo almacenar un televisor por largo tiempo sin deterioro, protegerás tu equipo y evitarás costosas reparaciones. Y si buscas tranquilidad total, considera una bodega de almacenamiento: una solución práctica, segura y flexible.
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